Rol. Vol. 2

Una vez que estuvieron en el templo prepararon una sopa con los restos del pescado que había conseguido el kender y, cuando Rianna cayó dormida, se prepararon para dirigirse a la torre.

Aliena activó su anillo y Eihrulan convirtió a Nomar en un ser transparente. 

Tomaron el camino de la torre y comprobaron cómo, cuanto más se acercaban, más yermo era el terreno hasta que al llegar a las puertas de la torre ya no había signos de vida, excepto por unos grajos negros que giraban sobre lo alto de la torre. De repente un aire frío envolvió sus cuerpos y las negras puertas comenzaron a abrirse hasta dejarles ver una gran estancia vacía y oscura que se fue iluminando mágicamente conforme ellos fueron entrando. Al fondo de la sala podían ver una gran escalera de caracol cuyo hueco estaba iluminado por una luz mortecina y azulada. 

 

- ¿Quién sois?- Dijo una voz procedente de la escalera.- ¿Cómo osáis entrar en mi torre?

Bajando la escalera apareció un anciano decrépito cubierto por una túnica ajada en la que Eihrulan creyó ver bordados élficos.

- Soy Eihrulan  y vengo a negociar contigo.

- ¿Negociar ? ¿Qué tienes tú que pueda interesarme, elfa?

- Tienes retenidos aquí a dos jóvenes de la aldea, me gustaría que les permitieras volver con su familia.

- ¿Dejarlos marchar? ¿Por qué? ¿Qué me darías a cambio? ¿Te quedarías conmigo? ¿Querrías ser mi aprendiz? Hace muchos años que no tengo aprendiz, y mucho menos de tu raza, pero quizá merezca la pena...

- Aunque sería un honor ser su aprendiz, sólo vengo a pediros que liberéis a los dos muchachos.

- Bah, esta conversación me está aburriendo. - Gadar comenzó a subir las escaleras - ¿vienes o no?